La miel es más que un edulcorante delicioso.

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La miel como remedio fue descubierta por nuestros antepasados de forma empírica y desde hace mucho tiempo se conocen, entre otras, sus propiedades antisépticas, dietéticas, edulcorantes, tonificantes, calmantes, laxantes y diuréticas.

Aunque para muchos países occidentales la miel es un simple edulcorante sustitutivo del azúcar, para otros es considerada como un auténtico medicamento utilizado en múltiples afecciones.
Concretamente, en la antigua URSS los campesinos llamaban a las abejas "las farmacéuticas aladas". No obstante, también se le han atribuido a este alimento medicamento unas acciones farmacológicas que no posee, ensalzando propiedades que no manifiesta.

Es un producto natural, elaborado por las abejas a base de néctar que enriquecen con sustancias que provienen de su propio cuerpo, en él la transforman, depositándola en los panales y la hacen madurar.
Su color varía según el origen floral, desde ámbar claro a moreno oscuro.
El sabor particular de cada variedad va a depender de la naturaleza de las plantas, terreno, clima y estación del año.

La composición de la miel es distinta en cada variedad, pero en general cabe destacar su contenido en: sales minerales, ácidos orgánico y vitamina B y C.

La miel con el paso del tiempo inicia un proceso de cristalización que la hace más espesa y produce un cambio en su transparencia, esta características es garantía de producto natural, poniéndola al baño maría vuelve de nuevo a su estado líquido.

La miel posee un gran poder antibiótico y emoliente, por lo que ha sido utilizada desde siempre en el tratamiento de heridas, quemaduras, úlceras, etc., debido a su contenido en una sustancia de efecto antimicrobiano denominada inhibina (Dolci, Du & Dziao,l937). En los papiros de Eberts y Smith, que datan de antes del año 1500 a. C. ya se aconsejaba tratar con miel las heridas.

Propiedades de la miel según su composición:

Miel de acacia: el mejor de sus atributos es su efecto laxante.

Miel de azahar: efectos calmante, antiespasmódica, insomnio.

Miel de bosques: su origen no es de néctar floral, sino de mielato que exudan principalmente encinas, robles, pino, abeto, etc. contenido muy alto en sales minerales, combate de anemia, disentería y diarrea crónica. uso externo contra hemorroides y fisuras anales.

Miel de brezo: desinfectante de las vías urinarias, diurética y antereumática.

Miel de cantueso: combate cólicos, flatos e indigestiones. uso externo para lavar heridas debido a sus propiedades antiséptica.

Miel de encina: contra afecciones pulmonares y bronquiales, antiasmática.

Miel de espliego: afecciones bronquiales, pulmonares, tosferína, gripe, laringitis, antiespasmódica, disentería, úlcera de estomago y duodeno.

Miel de eucalipto: antitusígena, enfriamientos, vías respiratorias y energético desinfectante de vías urinarias.

Miel de limón: remineralizante de huesos, uñas y sedante ligero.

Miel de mil flores: acentúa las funciones digestivas, aumenta la energía y fuerza física. por sus características se recomienda como sustituyente del azúcar.

Miel de romero: favorece las funciones del hígado y combate el agotamiento físico e intelectual.

Miel de tilo: diurética, estimula el proceso digestivo. calmante y eficaz contra la dismenorrea. calmante jaqueca, espasmos y dolores gástricos. inductora del sueño.

Miel de tomillo: antiséptica, activa las funciones intestinales y es eficaz en estados depresivos.

La miel activa la eliminación de hasta un 35% del alcohol, porque activa el metabolismo del hígado. También es buena para eliminar toxinas y proteger el hígado de medicamentos y de una alimentación desequilibrada.


La miel tonifica el corazón cansado y ayuda a eliminar la retención de líquidos en los afectados cardiacos. Escoge miel diurética como la de brezo, espliego y majuelo.

La miel es un alimento predigerido por las abejas por lo que se absorbe rápidamente, alivia el ardor y los dolores de úlcera. Las más indicadas son la miel de romero, tilo y tomillo.

La miel de tilo y de azahar son muy eficaces para curar el insomnio, estrés y ansiedad. Por esta razón es tradicional, tomar un vaso de leche caliente endulzado con este tipo de mieles, antes de acostarse.

La miel tiene efectos laxantes y es muy eficaz contra el estreñimiento si toma una cucharada en ayunas con un vaso de agua. La mejor es la miel de acacia.

Es un buen antioxidante. Un nuevo estudio de la Universidad de Illinois (EEUU) ha encontrado que la miel tiene propiedades antioxidantes gracias a su alto contenido en ácidos fenólicos y enzimas como la catalasa y la glucosa oxidasa que son capaces de proteger a las células de los radicales libres. La miel es un alimento muy variado y sus propiedades pueden ser superiores si el polen elegido es de calidad. Para conseguirlo elige miel de origen natural con más acción anti-radicales libres.

Alimento prebiótico. Se acaba de descubrir que la miel es un alimento prebiótico, pues contiene oligosacáridos propios que aumentan la población de la flora bacteriana (bifidobacteria y lactobacilo) de forma natural, mejorando la salud digestiva y del sistema inmune.

Si necesitas tomar suplementos de calcio, hazlo con una cucharadita de miel, pues este endulzante natural es capaz de aumentar la absorción de calcio ayudando aumentar la masa ósea. Los investigadores han encontrado que la miel aumenta un 33,6 % la absorción de calcio en ratas, probablemente por el contenido en carbohidratos como glucosa, fructosa y rafinosa.

Posología: Dos o tres cucharadas de café al día son la dosis justa para endulzar sin ganar peso; si quieres potenciar alguno de los efectos descritos o te sientes sin energía cambia a 2 ó 3 cucharadas soperas.

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