Hoy uno de mis pacientes me ha relatado un uso del árnica granulada que me ha resultado curioso. El paciente es un practicante aficionado a la pica de palomos. Para los que no conozcan este entretenimiento aclaro que consiste en una pugna de palomos para poseer a la hembra, mediante una persecución al aire libre y donde deben demostrar sus "dotes de seducción", inteligencia y agilidad. A la hembra se le identifica con una pluma blanca en la cola y gana el macho que al final de esta carrera esté más cerca de la hembra.
En el trascurso de la prueba los palomos salen normalmente magullados por el roce del ramaje y arbustos del entorno. Pues bien, tanto mi paciente como sus colegas de afición tienen desde sus inicios la costumbre de dar de comer a cada ave dos gránulos de Arnica Montana al final del evento. Mi paciente no sabía (hasta que yo se lo he aclarado) para qué servían exactamente estos gránulos ya que es una costumbre heredada de su padre, también aficionado a adiestrar palomos para estas competiciones. Lo que tenía claro es que los palomos se recuperaban rápidamente de los estragos del ligoteo desenfrenado y de sus tropiezos por seducir a la tan ansiada hembra. Muy buena idea.
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