PUNTOS DE ACUPUNTURA EN LA REGULACIÓN DE LA TENSIÓN ARTERIAL

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La presión o tensión arterial, es la fuerza pulsátil que ejerce la sangre en la pared de la arteria durante su paso por la misma, tras ser bombeada por el corazón.Por muchos hoy en día, es bien conocida la importancia que conlleva el mantenimiento de la tensión arterial dentro de unos rangos establecidos como “normales”. La difusión de la información a través de agentes sanitarios, los medios de comunicación y publicidad, así como el desarrollo de las nuevas tecnologías (Internet) favorece el aumento de conocimiento en la población. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) son normales los valores establecidos entre 120/80 mmHg y 90/60mmHg, considerándose hipotensión por debajo de estos últimos valores e hipertensión a partir de 140/90 mmHg en un adulto.


Considero que esto es cierto en parte, pues estos valores pueden ser orientativos. No obstante bajo mi punto de vista habría que matizar ciertas cuestiones y tener en cuenta que la tensión arterial normal varía de un individuo a otro en función de:

- Edad: suele aumentar con la edad, aunque depende de otros factores que se comentarán a continuación.
- Sexo: en el hombre, la tensión suele ser mayor que en la mujer. Enfatizo que habrá que valorar siempre los factores siguientes.
- Factores hereditarios.
- Medidas antropométricas y constitución corporal: cuanto más alta es una persona, el corazón debe realizar un mayor esfuerzo para hacer llegar sangre a todas las partes del cuerpo, hallando más resistencia a su paso.
- Adolescencia: si el crecimiento (o conocido “estirón”) es muy acentuado en un lapso de tiempo limitado, es posible que la tensión disminuya ligeramente, y pasado un tiempo, el organismo se adapte y se estabilice. Si se trata de adolescentes muy altos es frecuente que incluso la tensión aumente.
- Embarazo: ante la necesidad de suplir el volumen de sangre que se desvía de la madre hacia el bebé, la tensión suele disminuir en los primeros meses de embarazo. A medida que avance la gestación, irá aumentando progresivamente.
- Tamaño del corazón y fuerza de contractibilidad: por ejemplo, en deportistas este se ve aumentado para poder suplir las demanda de sangre y oxígeno presente en todo el organismo. La tensión y la frecuencia cardíaca suelen verse disminuidas.
- Influencia de los agentes climatológicos (viento, humedad, sequedad, calor, frío) durante las diferentes estaciones del año. Habría que valorar el tipo, la intensidad y el tiempo de exposición de ese agente climatológico. El calor suele provocar vasodilatación (disminución de la tensión), el frío vasocontracción (aumento), el viento provocaría una mayor tensión en el pulso, la humedad un pulso deslizante y la sequedad más bien disminuiría la tensión.
- Ejercicio y desarrollo de las cadenas musculares, y por consiguiente de las ramas sanguíneas que las irrigan. Cuanto más desarrollada esté una cadena, habrá una mayor afluencia de sangre a la zona para aportar oxígeno y nutrientes, y una mayor actividad y tono en la pared de la arteria – vena o capilar.
- Presencia de alteraciones en los principales órganos encargados de filtrar y regular el volumen de sangre en el organismo (riñón, hígado, corazón): implicará mayores dificultades para desempeñar su función, y la presión aumentará. En ocasiones puede deberse a estilos de vida inadecuados (alimentación incorrecta, exceso de grasas, sales, moléculas de elevado peso molecular que se adhieren a las paredes de los vasos que irrigan órganos y vísceras colapsando la circulación...etc).
- Calidad y densidad de la sangre: cuanto más viscosa, más dificultades hallará el corazón para bombearla, traduciéndose en una mayor resistencia vascular periférica (aumento de la tensión).
- Estados psico – emocionales episódicos y transitorios, desencadenados por circunstancias estresantes o que generen ansiedad o excitación.

Ante esto, las posibilidades de encontrar individuos con combinaciones simultáneas de dichos factores son múltiples, y por tanto múltiples estados de “normalidad” de la tensión arterial para cada individuo; por lo que no se puede estandarizar un parámetro de tensión arterial normal en concreto. Hay que valorar la conjunción de todos y cada uno de estos factores en cada sujeto, es decir, valorar individualmente cada caso y las circunstancias de cada persona. Por ejemplo:

a) Una mujer joven de 1, 60 m de estatura puede poseer una presión arterial de 90/50 mmHg (normal en esa persona), pero si por algún motivo se halla ante una circunstancia que le provoca una subida de tensión a 135/80 mmHg; digamos un shock emocional (como pueda ser la pérdida de un ser querido) este parámetro sería un valor muy elevado para la paciente si tenemos en cuenta su tensión normal. Aplicaríamos el tratamiento sobre puntos de acupuntura que veremos más adelante.

b) Supongamos que tenemos ante nosotros a un hombre corpulento de 1, 85 m de estatura con un gran desarrollo de las masas musculo - tendinosas, cuya tensión normal es de 140/85 mmHg, y que sufre una bajada de tensión a 90/60 mmHg secundaria a un proceso de deshidratación. Estos valores tampoco deben tomarse como referencia. Conviene tratar y estabilizar.

Podríamos analizar infinitos casos, y no hallaríamos uno igual a otro.
Según lo expuesto, en la anamnesis (entrevista al paciente para recabar información) siempre conviene investigar acerca de los valores de tensión normales para cada individuo, y no caer en el error de etiquetar a una persona de “hipertensa” o “hipotensa” que en un momento determinado bajo una circunstancia en particular pueda presentar tensiones elevadas o disminuidas respectivamente, nada relacionadas con su tensión arterial en condiciones normales. Si no tenemos referencias de mediciones anteriores, conviene realizar controles, diagnóstico por pulsología (si se sabe hacer) y tratar.

En referencia a mi experiencia profesional en relación al tratamiento de pacientes con alteración de la tensión arterial, a continuación señalo los puntos de acupuntura que a mí me ha funcionado. Dado que normalmente se me ha presentado más casos de pacientes hipertensos que hipotensos, haré más hincapié en los primeros. De todos modos, expondré el tratamiento de rescate que suelo aplicar en cada caso.

SITUACIONES DE HIPERTENSIÓN O TENSIÓN ALTA

1. Área situada entre el pulso radial y cubital
, en el centro aproximadamente y sobre el pliegue de la muñeca (7MC, 69 - aunque se trata del mismo punto, el primer dígito hace referencia a la nomenclatura propia del canal, y el segundo a la nomenclatura del sistema internacional). Este punto pertenece al canal de Maestro Corazón, relacionado con la calidad de la sangre y la circulación sanguínea. Se utiliza para disminuir la tensión arterial sistólica (TAS), conocida como el valor de “tensión alta” y que se corresponde con la cantidad de sangre que el corazón libera cuando se contrae. Se masajearía firme y suavemente con una ligera presión realizando movimientos circulares hacia la izquierda.

2. Área del pulso cubital de muñeca: en la cara interna del brazo siguiendo el trayecto de la arteria cubital, justo sobre el pliegue de la muñeca (7C, 78). Este punto pertenece al canal del Corazón, y se emplea particularmente para disminuir la tensión arterial diastólica (TAD), conocida como la “tensión baja” y que se corresponde con la cantidad de sangre que libera el corazón cuando está relajado. Se masajearía también suavemente realizando movimientos circulares hacia la izquierda.

Es probable que el pulso radial y cubital en este caso se localice fácilmente.


SITUACIONES DE HIPOTENSIÓN O TENSIÓN BAJA

Aunque en principio no son puntos habilitados para ello, sobre los puntos del apartado anterior he realizado el masaje hacia la derecha, además de estos puntos:

1. Área situada en el ángulo ungueal del dedo corazón (recayente hacia el segundo dedo, índice) (9MC, 71). Se masajearía firme y suavemente hacia la derecha.

2. Área situada en el ángulo ungueal del dedo meñique (recayente hacia el cuarto dedo, anular) (9C, 80). Se masajearía firme y suavemente hacia la derecha.

Normalmente suelo aplicar masaje en ambos brazos, entre 5 a 10 minutos en cada punto, estando el paciente en decúbito supino (tumbado boca arriba). Raramente he tenido que recurrir a 15 minutos, pero es posible que a veces sea preciso. Es conveniente realizar una toma de la tensión arterial tanto antes como después para comparar y objetivar el cambio. Es posible que haya pacientes que no manifiesten nada, aunque siempre los efectos son notorios y ambos valores de tensión se estabilizan. Hay personas que refieren hormigueo, frío o calor en la palma de la mano.

A nivel hospitalario y extrahospitalario me ha sorprendido enormemente los efectos inmediatos y me resulta verdaderamente útil cada vez que lo aplico, y más cuando tratamientos farmacológicos resultan ser inefectivos; o los pacientes son alérgicos a ciertos fármacos empleados en la regulación de la tensión arterial, bien como acción directa o como coadyuvantes.

De igual modo se puede proceder a la estimulación de los puntos mencionados aplicando agujas de acupuntura, siendo también efectivo. Dado que las terapias complementarias ofrecen un amplio abanico de posibilidades podría aplicarse estimulación vibratoria con diapasones a través de las agujas, o bien directamente sobre el punto encima de la piel. Por consiguiente, podría aplicarse cromopuntura (luz de color a través de las agujas) o cromoterapia (sobre la piel) y combinar con auriculoterapia u otras zonas reflejas del cuerpo. No obstante, cabe decir que el masaje suele tener una gran aceptación entre los pacientes.

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