Y sonó el tañido de mi guitarra
mi guitarra que no llora
ella que me llama
ella que me ama
y no la dejo vivir.
Suena pura en su tañido
mi guitarra que no llora
ella, que no dejo reír.
Que mis sentimientos pudieran fluir
ese es mi deseo
con mi guitarra de argénteos sonidos.
Ella que no llora
porque no la quiero tocar.
Porque bellos recuerdos me embargan
cuando rasgo sus cuerdas,
que me transportan a lejanas montañas,
otros países,
otro idioma.
Porque me embarga la pena
y la melancolía
cuando toco mi guitarra.
Mi guitarra,
ella que me llama,
ella que me ama,
Pedro Rodríguez Picazo
Mi guitarra que no llora. Poesía y relatos cortos en cinco acordes
Ed. Limencop. 2004
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