Ya hemos hablado en otros espacios del blog sobre la realidad de la Leche de vaca, formas alternativas de obtener calcio, y la relación de su ingesta con enfermedades crónicas. Adjunto texto muy interesante del blog Nutrición y Antiaging, cuyos comentarios puedenser seguidos también a través del propio blog y de la red profesional Linkedin.
Cuando
la semana pasada hablé de la asociación que hay entre leche, acné e
inflamación, no tardé en recibir algún que otro mensaje de algún que
otro médico avispado diciéndome que el consumo de leche no presenta
ningún tipo de problemas y que mis conclusiones (que no son las mías, si
no las de los estudios) son más propias de un chamán que las de un
profesional de la nutrición. El caso es que no suelo hacer mucho caso a
los lecciones de nutrición que algunas veces han intentado darme algunos
médicos, principalmente porque un médico no es un especialista
en nutrición (por mucho que la gente lo crea), pero sobre todo porque
siempre me he guiado por la evidencia empírica y no por los dictados
nutricionales impuestos por la tradición, la industria alimentaria o los
propios órganos gubernamentales, los cuales parecen estar al margen de
la ciencia basada en la evidencia.
Pero sobre el tema de los médicos (no endocrinos) que intentan dar consejos de nutrición ya hablaré más adelante, ahora me toca aclarar porque el consumo de leche puede traer problemas asociados.
Pero sobre el tema de los médicos (no endocrinos) que intentan dar consejos de nutrición ya hablaré más adelante, ahora me toca aclarar porque el consumo de leche puede traer problemas asociados.
Quiero empezar hablando de nuevo
sobre la relación que existe entre leche, inflamación y acné. Esta
relación ya ha sido abordada es estudios con humanos (como ya os mostré
en el artículo de la semana pasada); a su vez, existe también un interesante estudio in vitro llevado a cabo por la Universidad de Osnabrück
(Alemania) que explica muy bien esta asociación a nivel fisiológico. En
dicho estudio se abordan los cambios hormonales que la leche produce en
el organismo y de como esta es capaz de promover altos niveles de IGF-1
(Factor de Crecimiento Insulínico tipo I), una proteína con efectos
anabolizantes que está detrás no sólo del acné, sino también de multitud
de enfermedades crónicas inflamatorias de alta prevalencia en la
actualidad: cáncer, ateroesclerosis, enfermedades neurodegenerativas,
diabetes, etc. Lo preocupante de este estudio es que estas observaciones
llevadas a cabo a nivel de laboratorio (in vitro) están
respaldadas por datos epidemiológicos (los podéis ver un poco más
abajo), lo cual implica que se manifiestan también en humanos. Así, los
investigadores de este estudio acabaron concluyendo que el consumo de
leche promueve la aparición de enfermedades crónicas típicas de
Occidente (Jour Dtsch Dermatol Ges. 2009).
A pesar de lo que algunos médicos puedan pensar, este tipo de sentencias
no me suelen gustar, principalmente porque generan alarmismo, sin
embargo, no puedo dejar de expresar mi preocupación por el tema cuando
existen muchos estudios que relacionan el consumo de leche con un mayor
riesgo de sufrir distintas patologías:
-cáncer de próstata (American Journal of Clinical Nutrition. 2001), (Cancer Epidemiolology Biomarkers Prev. 2008).
-cáncer de ovarios (American Journal of Clinical Nutrition. 2004), (International Journal of Cancer. 2004).
-dolencias infantiles (Pediatrics. 1995) (Jour. Allerg. Clin. Immunol. 2007), (Acta. Otolaryngol. 1999).
Por otro lado, mis preocupaciones crecen aun más cuando un gigante de la
industria alimentaria como es Nestlé, que usa la leche como materia
prima para muchos de sus productos, y que por lo tanto podrían afectarla
todos estos estudios negativos sobre la leche, financia un estudio en
el cual se sigue afirmando lo mismo:
"La restricción en el consumo de leche o la generación de leche con un menor efecto insulinotrópico, tendría un enorme impacto en la prevención de enfermedades típicamente occidentales, como son la obesidad, la diabetes, el cáncer, las enfermedades neurodegenerativas y el acné" (Nestle Nutr Workshop Ser Pediatr Program. 2011).
Sabemos también que una alimentación baja en leche y de bajo índice
glucémico (dos factores alimentarios que agravan el acné y también la
inflamación) reducen los niveles de IGF-I (la proteína de la cual os he
hablado antes y cuyos niveles elevados promueve la aparición de
múltiples enfermedades crónicas). No es de extrañar por tanto que se
empiece a considerar el acné persistente en la adolescencia (asociado a
altos niveles de IGF-I) como un factor que podría aumentar el riesgo de
cáncer (Exp Dermatol. 2009).
¿Estamos ignorando estos estudios por el interés económico de los
productores de leche o por el conservadurismo de las recomendaciones
nutricionales?, ¿es la leche realmente necesaria?, ¿deberíamos de seguir
tomándola? a estas preguntas incómodas que tanto les cuesta responder a
muchos especialistas en nutrición, ya respondí yo en un artículo que
llamé "¿Deberíamos replantearnos el consumo de leche?".
Actualmente, el consumo de leche es recomendado de forma mayoritaria por las autoridades sanitarias debido a sus beneficiosos en la salud osea, no obstante, los efectos adversos a largo plazo que el consumo de leche parece ocasionar siguen siendo ignorados. El caso es que como muy bien denuncia un artículo publicado en la revista científica Medical Hypotheses, ya existe bastante evidencia acumulada de los efectos adversos que el consumo de leche produce en todas las etapas de la vida (Med Hypotheses. 2009).
Actualmente, el consumo de leche es recomendado de forma mayoritaria por las autoridades sanitarias debido a sus beneficiosos en la salud osea, no obstante, los efectos adversos a largo plazo que el consumo de leche parece ocasionar siguen siendo ignorados. El caso es que como muy bien denuncia un artículo publicado en la revista científica Medical Hypotheses, ya existe bastante evidencia acumulada de los efectos adversos que el consumo de leche produce en todas las etapas de la vida (Med Hypotheses. 2009).
¿Cuánta evidencia necesitan las autoridades sanitarias para empezar a
cambiar sus recomendaciones o sus políticas ganaderas que afectan a la
composición de la leche para que se tomen en serio todos estos datos?.
Ni lo sabremos, por eso yo a día de hoy todavía me sigo planteando la
posibilidad de pasarme a un consumo de lácteos (y carne) orgánicos, lo
cual pienso que acabaré haciendo, pues a la vista de los datos
científicos podría estar perfectamente justificado.
No digo que haya que eliminar tajantemente el consumo de lácteos de la
alimentación, pero si creo que debemos de tener en cuenta todos estos
datos para tener conocimiento de causa y poder elegir en consecuencia.
Alternativas a los lácteos hay, concretamente lácteos orgánicos y
alimentos enriquecidos con calcio. Mucha gente se ha visto beneficiada
de hacer esos cambios en su alimentación y no presenta problemas de
osteoporosis, ni déficits de calcio, por lo tanto, no se trata tanto de
eliminar o no los lácteos, si no de saber elegir cuales son los
adecuados y que alternativas tenemos a ellos.
Además, debemos de tener en cuenta que la ingesta de calcio no es el único factor que incide en nuestra salud osea, otros elementos menos citados, como una ingesta adecuada de vitaminas D y K (Maturitas. 2002) y la realización de ejercicio (como caminar o correr, pero no la natación) (Sports Med. 2009), son también importantes.
Además, debemos de tener en cuenta que la ingesta de calcio no es el único factor que incide en nuestra salud osea, otros elementos menos citados, como una ingesta adecuada de vitaminas D y K (Maturitas. 2002) y la realización de ejercicio (como caminar o correr, pero no la natación) (Sports Med. 2009), son también importantes.
Y tu, ¿qué postura tienes al respecto?, ¿crees que estaría justificado
el consumo de alimentos lácteos procedentes de la ganadería ecológica
(alimentos orgánicos)? Espero tus comentarios.
0 comentarios:
Publicar un comentario