O me hago mayor o pierdo mis superpoderes de ubicuidad jejeje, aunque no paro de pensar en entradas muy interesantes para desarrollar, no me queda tiempo material para escribir, sorry...
Hoy quisiera comentaros un tema bastante especial, y es una reflexión sobre el alma de ciertos seres que aunque orgánicos vemos como seres inanimados. No puedo obviar el bienestar que me genera tener alrededor plantas, son bonitas, inducen al relax, decoran...trabajándolas con bioenergía he observado al igual que en los seres humanos espacios de frío, de calor, hormigueos que indican su estado energético. Sin embargo, nunca me he planteado que pudieran tener alma o sentimientos.
En 1966 el agente de la CIA Cleve Backster se encontró por casualidad con una situación un tanto atípica. Especializado en interrogatorios se dedicó a conectar los electrodos de una máquina de la verdad a una planta. El resultado fué que la máquina recibía señales de bienestar o satisfacción cuando recibía agua (imagino que la planta estaría necesitada). Imagino que picado por la curiosidad llevó a cabo algo-que ahora me parece canallesco sabiendo los resultados- y fué quemar la planta, recibiendo un impulso similar a una señal de dolor.
Repitiendo el procedimiento- para que fuera científico debía ser reproducible- observó que además de conseguir los mismo resultados, las plantas tenían reacciones de dolor cuando se les cortaba una hoja o eran atacadas por insectos, aunque las señales de dolor cedían cuando se repetían los eventos. El psicólog Benjamin Puskin repitió los procedimientos pero con aparatos que medían la actividad cerebral con resultados similares que concluían que las plantas parecen tener memoria celular.
Artículo interesante
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