El extracto de semilla de pomelo es un producto natural líquido que se recibe a partir de semillas de pomelo, pulpa y membranas blancas molidas o un tipo especial de mezcla.
En 1980 un médico, físico e inmunólogo especializado en el estudio de los remedios naturales(Jacob Harich) y aficionado al cultivo de su huerto, observó en un montón de compost que las pepitas de pomelo no se pudrían. Decidió recogerlas y observarlas más detenidamente y descubrió que contenían una sustancia que prometía ser más eficaz, y al mismo tiempo, menos perjudicial que cualquiera de los antibióticos conocidos.
Sucesivas investigaciones pusieron de manifiesto que el extracto de pepita de pomelo no sólo convertía en inofensivos muchos virus y bacterias, sino también las levaduras y otros tipos de hongos, así como numerosos parásitos unicelulares.
Actualmente son muchos los profesionales de la salud que pueden exhibir las conclusiones de varios años de experiencia clínica con el extracto de pepita de pomelo. Por citar sólo algunos ejemplos, las aplicaciones más habituales se sitúan en el terreno de los trastornos gastrointestinales, las infecciones por levaduras, los resfriados y sus consecuencias, como las afecciones de nariz, garganta y oídos, las micosis de la piel y las uñas, las gingivitis y las infecciones vaginales. Otro campo de aplicación importante es la asistencia al sistema inmunitario, con el fin de evitar la proliferación de las infecciones oportunistas en los pacientes con inmunodeficiencia crónica, como son los del sida, de síndrome de fatiga crónica y de candidiasis.
Es muy amplio el espectro de los síntomas que sugieren una indicación del extracto en uso externo; siempre que nos hallemos ante una afección de la piel o de las mucosas debida a la presencia de bacterias, virus, hogos o parásitos, el extracto puede crear condiciones favorables para la curación al eliminar dichos invasores. Una vez libre de microorganismos indeseables, el cuerpo inicia por sí solo el proceso de su restablecimiento.
Por regla general, el extracto no se usa sin diluir, para algunas aplicaciones es más aconsejable disolver el extracto en aceite, no en agua (especialmente indicados el de almendra, aceituna, sésamo o aguacate).
A nivel personal, puedo decir que ha sido un gran aliado en mi lucha reciente (y victoriosa) contra una bacteria un tanto persistente y molesta: helicobacter pylori. Tras meses probando otros remedios naturales y después de decidir incluso tratarme con el primer ciclo de antiobioterapia, descubro esta sustancia. A las dos semanas de comenzar a tomarla, el helicobacter "se fue de vacaciones". Creo que ha sido un producto clave para su eliminación.
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