Un buen día surfeando por la red quedé sorprendido al leer en el blog de una enfermera de planta que se quejaba porque las personas sentían la necesidad de defecar todos los días, cuando esto no era necesario y que le solicitaban continuamente enemas para poder evacuar. No voy a justificar el uso contínuo y diario de un enema en caso de estreñimiento, pues los mismos pueden producir un efecto astringente similar al que intentan tratar, aparte de modificar permanentemente las fibras nerviosas del intestino grueso -más información sobre efectos nocivos de laxantes aquí.
Ahora bien, ¿qué entendemos como estreñimiento? ¿es importante evacuar a a diario? ¿qué enfermedades pueden asociarse a un patrón de eliminación alterado?
El estreñimiento en si no manifiesta una enfermedad sino un síntoma de que algo no va bien dentro de nuestro organismo (físico o mental), en nuestra sociedad es muy habitual debido a la poca ingesta de fibras, el estrés, el sedentarismo, fármacos y otros estilos nutricionales como poca ingesta de agua, exceso de cafeína, exceso de carnes rojas, consumo de lácteos y harina blancas refinadas....
A nivel clínico se considera que una persona padece de estreñimiento cuando tiene una deposición menos de tres veces a la semana, dado que los patrones de eliminación de una persona pueden ser muy característicos.
A nivel médico se conoce la asociación de estreñimiento con enfermedades como:
- Cáncer de colon.
- Intestino irritable
- Enfermedades neurológicas
Pero ¿Es importante evacuar a diario? Recuerdo las palabras del virólogo Luc Montagnier: Hemos encontrado las señales procedentes del DNA bacteriano en el
plasma sanguíneo de muchos pacientes con autismo y también en muchos,
aunque no en todos, pacientes de Alzheimer, Parkinson y esclerosis
múltiple. Parece que la señal que se detecta procede del intestino. Por
tanto es posible que algún producto de las bacterias intestinales acabe
en el plasma y provoque daños en el cerebro.
Que significan dichas palabras. ¿qué pasaría si todas aquellas sustancias que no eliminamos, se reabsorbieran por nuestro cuerpo? depositando de nuevo las sustancias tóxicas, aditivos y conservantes de los alimentos que ingerimos. Personalmente recomiendo facilitar una eliminación diaria para poder evitar la reabsorción en el instestino de aquellas sustancias tóxicas que se encuentran en nuestras heces. La ingesta de fibra (de 600gr a 1000gr de verdura diaria) puede ser una buena vacuna que permita readaptar los patrones instestinales, así como practicar el ejercicio y corregir factores como los arriba mencionados.
Pero los problemas van mucho más allá. Una persona con problemas intestinales, tendrá una flora altamente putrefactiva que al degradar los alimentos producirán un exceso de cuerpos aromáticos ( amoníaco, indol, escatol, cadaverina, putrecina,...). El exceso de putrefación en el cuerpo generaría una sobrecarga hepática que intentaría asimilar el exceso de toxinas.
Por otro lado, disminuimos la eficacia del sistema inmunitario -descenso de IgA- incrementando las infecciones de repetición, el desarrollo de alergias y favorecería la aparición de patologias inflamatorias crónicas con producción inadaptada de citoquinas, como puede ser la artritis reumatoide. Este es uno de los puntos donde quería llegar y es que es importante la cantidad de casos con problemas artritis que llegan a consulta con problemas digestivos disfuncionales, obesidad y que mejoran tras estabilizar este área.
Como podéis observar esto justificaría las disfunciones diarias traducidas en digestiones lentas o difíciles, sensaciones de hinchazón de vientre y trastornos del tránsito (acelerado o ralentizado). En algunos casos, la destrucción de la flora intestinal puede llegar a favorecer el desarrollo de hongos o bacterias patógenas.
Aporte de fibras : imprescindibles para su equilibrio
Consumir al menos cada día :
Consumir al menos cada día :
1. fruta fresca entre las comidas (10h ó 18h) y nunca al terminar la comida o cena para evitar la hinchazón de vientre.
1 plato de vegetales (evitando cebolla y berza).
Lo ideal sería : verduras al inicio de la comida (reintroducirlas poco a poco si es necesario).
Consumir productos integrales o semi-integrales biológicos en lugar de los productos refinados (pan, cereales...).
Consumir productos integrales o semi-integrales biológicos en lugar de los productos refinados (pan, cereales...).
2. Consumir poca carne y pocas grasas saturadas. Limitar el consumo de carnes o embutidos a 3 veces a la semana como máximo, evitando su consumo durante la cena (riesgo de desarrollo de la flora de putrefacción).
Limitar el consumo de productos lácteos a base de leche de vaca : 4 productos por semana como máximo (yogures, leche, mantequilla, crema catalana, queso).
El aporte de proteínas se realizará mediante el consumo de pescado (de 2 a 3 veces a la semana), cereales y legumbres (lentejas, garbanzos...).
Limitar el consumo de productos lácteos a base de leche de vaca : 4 productos por semana como máximo (yogures, leche, mantequilla, crema catalana, queso).
El aporte de proteínas se realizará mediante el consumo de pescado (de 2 a 3 veces a la semana), cereales y legumbres (lentejas, garbanzos...).
3. Productos a consumir Para condimentar, alternar el uso de aceite de oliva con el de girasol o de colza (vírgenes de primera presión en frío).Elegir el azúcar integral en lugar del azúcar blanco, refinado.
4. Productos a consumir con cuidado
Moderar el consumo de dulces, pasteles, barras de cereales, alcohol, tabaco y especias.
Moderar el consumo de dulces, pasteles, barras de cereales, alcohol, tabaco y especias.
5. Higiene
Anteponer la cocina al vapor y en escabeche o salmuera que no desnaturalizan y no destrozan las proteínas que resisten mal la cocción tradicional.
Beber de 1⁄2 al día 1 litro de agua o infusiones (té verde en particular).
Comer con calma, masticando bien, y practicar alguna actividad física regular.
Respirar de manera profunda varias veces al día, e intentar relajarse.
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