En un intento de hallar una relación directa entre la contaminación y problemas de salud cardiovascular, encuentran una relación entre cardiopatías y vivir en lugares con bajas temperaturas. Dicho estudio, realizado en una población de 16000 personas fue publicado en el congreso anual de la Sociedad Europea de Cardiología, celebrado en Ámsterdam. Marc Claeys presentó los resultados de un extenso estudio
realizado entre 2006 y 2009 a 16.000 pacientes belgas mayores de 63
años que sufrieron ataques al corazón. El resultado: no hay ninguna
relación entre esa dolencia y la contaminación.
Sin embargo, el estudio descubrió que las personas sufrieron muchos más ataques al
corazón durante el invierno, cuando las temperaturas eran muy bajas.
Y no solo
el frío está relacionado con un aumento en el número de infartos.
Otro hallazgo interesante fue que incluso los pequeños cambios bruscos de temperatura entre un lugar
interior y el exterior. "La baja temperatura es con diferencia el
factor medioambiental que desencadena infartos agudos de miocardio,
mientras que la contaminación tiene un efecto marginal", explica Claeys.
El estudio
"solo" analizó el impacto de las condiciones medioambientales en los
infartos de miocardio, no otros aspectos igual o más importantes como la
dieta, el estilo de vida, el ejercicio que realizamos o no... Pero es
importante porque desmiente una supuesta relación entre la contaminación
y los ataques al corazón.
Según Claeys, las bajas temperaturas
estimulan los receptores de frío de la piel y activan el sistema nervioso simpático.
Esto a su vez libera adrenalina y otros componentes químicos asociados a
los ataques al corazón. Otra posibilidad es que el frío hace la sangre
algo más espesa y viscosa, lo que aumenta el riesgo de esta dolencia.
¿Qué se puede hacer? "La
gente en riesgo de sufrir ataques al corazón (por ejemplo, pacientes
mayores con diabetes o hipertensión) pueden minimizar el riesgo evitando
cambios bruscos de temperatura. Esto implica llevar ropa adecuada
cuando se pasa de una temperatura cálida en un lugar de interior al frío
exterior, incluso si no estamos en invierno", explica Claeys. Una pequeña recomendación (de sentido común) que puede salvar vidas. [European Society of Cardiology vía io9]
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