Si su especialista le prescribe una resonancia magnética lumbar y si
además ese especialista lo hace desde un centro privado tiene un 400 por
ciento de probabilidades de acabar en una mesa de operaciones, sin que
medida tan drástica esté justificada, de acuerdo con los resultados de
un primer estudio científico que cuantifica las 960.000 resonancias
magnéticas lumbares prescritas en España al año.
Financiado
por la Fundación Kovacs, y sin participación de entidades con ánimo de
lucro, el estudio concluye también que la lapidación de recursos es
mayor en la privada que en la pública. He aquí la identificación de una
nueva bolsa de ineficiencia que cuesta 25 millones de euros al año, y
que como resaltaron los ponentes, se trata solo del coste de la
resonancia lumbar.
| Francisco M. Kovacs, director de REIDE, y J J. Rodríguez Sendín, presidente de la OMC |
La
presentación del estudio corrió a cargo de Juan José Rodríguez Sendín,
en su calidad de presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), en
cuya sede se celebró el acto; Francisco M. Kovacs, director de la Red
Española de Investigación de Dolencias de Espalda (REIDE) y uno de los
coautores del estudio; Víctor Abraira, jefe de la Sección de
Bioestadística del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y coautor del
estudio; y Estanislao Arana, radiólogo de la Fundación Instituto
Valenciano de Oncología, e igualmente coautor del estudio.
El Ministerio reconoce su importancia
Tras
haber resaltado que el estudio había sido realizado siguiendo las
pautas internacionales y que había sido publicado en la revista
científica 'European Journal of Radiology', los autores comentaron con
cierto orgullo que ya había sido enviado al Ministerio y que habían
recibido una carta en la que las autoridades sanitarias les aseguraban
que iban a proceder a su implantación en el SNS.
El
profesor Víctor Abraira se centró en la metodología seguida en el
estudio, advirtiendo que se había aplicado el porcentaje mínimo de las
resonancias magnéticas injustificables. En este punto el doctor Kovacs
recalcó el carácter conservador del estudio, al calcular los porcentajes
mínimos de las resonancias inapropiadas y considerar como tales sólo a
las "absolutamente injustificables", por lo que concluyó que en realidad
eran innecesarias el 80 por ciento de las mismas.
En
cuanto a la metodología aplicada reveló que en el estudio, realizado
entre junio y diciembre de 2011, habían participado 12 servicios de
radiología, 8 públicos y 4 privados (siete hospitales del Sistema
Nacional de Salud, una fundación sin ánimo de lucro concertada con el
SNS, dos hospitales privados y dos hospitales de mutuas de accidentes de
trabajo, que fueron considerados como sanidad privada).
A
esta muestra unieron 602 pacientes en los que en los citados servicios
se les habían realizado una resonancia magnética lumbar, así como los
radiólogos correspondientes. Destacaron que el estudio estaba hecho
desde la observación y la práctica rutinaria clínica, es decir, que los
médicos prescriptores desconocían la realización del estudio.
Dilapidación de recursos
Francisco Kovacs apuntó como resultados que el 11,9 por ciento de las
resonancias magnéticas lumbares fueron dudosas o inapropiadas, el 1,3
por ciento se prescribieron en casos en los que las pruebas científicas
sobre su utilidad no son concluyentes y el 10,6 por ciento se
practicaron a pacientes en los que no existía justificación alguna.
Un
dato interesante en la comparativa pública/privada es que las
resonancias magnéticas lumbares se realizaron con mayor rapidez en la
privada, con una media de cinco días, mientras que en la pública se
llevan a cabo en 36 días. No obstante, el porcentaje de las que
resultaron inapropiadas fue de un 17,2 por ciento en la privada y de un 7
por ciento en la pública. En cuanto a la relación con la presencia de
dolor irradiado a la pierna, el 3,1 por ciento de las pruebas estaban
injustificadas, así como en un 27,8 por ciento en pacientes que sólo
presentaban dolor lumbar.
Uno
de los datos más rotundos que muestra el estudio es que, descontando el
efecto de otros factores, "no tener dolor irradiado a la pierna se
asocia a un riesgo un 1.375 por ciento mayor de que la resonancia
magnética lumbar sea inapropiada, y ser atendido en la sanidad privada, a
un 225 por ciento".
El papel determinante de los radiólogos para reducir costes
En
su calidad de radiólogo, Víctor Abraira resaltó cómo el estudio señala
que los radiólogos pueden identificar correctamente las resonancias
magnéticas lumbares que no están justificadas, por lo que sería
aconsejable asignarles un mayor papel, "ya que ayudaría a reducir los
riesgos y costes innecesarios"; incluso habló abiertamente de que el
radiólogo pudiera tener capacidad para hablar con el médico prescriptor
y, en el caso de que este éste no fundamente la prescripción, tener la
potestad para no realizar la prueba.
En
un 30 por ciento situó las resonancias injustificables realizadas en
España por dolor lumbar, realidad que supone un coste de unos 224 euros
(precio medio por cada resonancia lumbar), además de que se somete al
paciente a riesgos innecesarios, puesto que dos terceras partes de los
pacientes a los que se realizan estas pruebas terminan siendo operados
sin ninguna necesidad.
Los incentivos económicos por operar
El
por qué se producen estas situaciones lo buscaron en el miedo por parte
del médico a que el paciente se le escape sin diagnosticar alguna
patología grave. En este sentido, explicaron, que también pudiera estar
presente, sobre todo en la privada, una mayor complacencia del médico
con el paciente y que además en la privada se practica una medicina más
defensiva para cubrirse las espaldas, en caso de existir alguna
reclamación jurídica. También fue citada la posibilidad de incentivos
económicos por operar.
No
obstante aclararon que la resonancia magnética confirmó la conveniencia
de operar al 73,6 por ciento de los pacientes que se la realizaron para
tal fin y permitió, además, identificar enfermedades sistémicas como
infección o cáncer en el 17,2 por ciento de los pacientes en los que se
prescribieron por esa sospecha.
En
el campo de las soluciones propuestas hay que citar la aplicación de
programas de reducción del uso inapropiado de las resonancias citadas y
aplicar instrumentos que otorguen un soporte a las decisiones clínicas ,
así como desarrollar programas específicos de educación sanitaria,
dirigidos a los pacientes y que ya han demostrado su eficacia. Por todo
ello ratificaron que no tiene sentido afirmar que la privada es más
eficiente que la pública.
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