La terapia floral se está poniendo de moda entre los
sanitarios de la provincia. Los profesionales han decidido rescatar este
remedio natural que combina hasta 38 esencias para tratar el miedo, la
desesperación, la ansiedad o la preocupación excesiva, entre otros
trastornos.
«Hay muchas expectativas; ahora mismo está en boga y en
todos los cursos que hemos impartido se nos quedan profesionales en
lista de espera», afirma María Jesús Blázquez, enfermera y
representantes de la Asociación de Enfermeros Acupuntores y Terapias
Alternativas de Alicante.
Blázquez, que es además supervisora de Medicina Interna
del Hospital de Elda, ha impartido ya ocho cursos en la provincia, con
una media de 20 inscripciones. El último ha sido en el departamento de
salud de la Marina Baixa, cuya área de Docencia ha decidido organizarlo
ante el interés que existe por esta terapia y que está creciendo en los
últimos años.
El curso se ha completado, y los sanitarios de La Vila
han aprendido cómo realizar este remedio natural para tratar
desequilibrios emocionales y que se basa en el empleo de esencias
obtenidas de flores, hojas y brotes macerados en agua al sol o mediante
ebullición.
«Con las flores no pretendemos sustituir los tratamientos
médicos», afirma Blázquez, quien recuerda que el objetivo de su
aplicación es reforzar la lucha contra la enfermedad y se trata de
llegar a un equilibrio con los fármacos.
La terapia del doctor Bach está basada en la filosofía de
un médico del siglo pasado que pensaba que la actitud mental de la
persona representaba un papel vital en el mantenimiento de la salud y en
la recuperación de la enfermedad.
En el departamento de salud de la Marina Baixa, los
sanitarios han conocido las combinaciones posibles para tratar el miedo
utilizando el álamo o el castaño rojo, el olivo o la madreselva para la
falta de interés en las circunstancias presentes, el brezo para la
soledad, el sauce o pino para la desesperación, y la vid y el haya para
la preocupación excesiva por los demás.
«Se trata de rescatar unos remedios naturales que tienen
resultados a través de la terapia de un médico que intentaba llegar más
allá con las propiedades positivas de las flores», apunta. Se aplica
desde hace más de 60 años para la resolución de resultados a problemas
emocionales como físicos. De hecho, según señalaron desde el
departamento de salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó
en 1983 un estudio dirigido a las administraciones sanitarias de sus
estados miembros recomendando su aplicación.
«Me acuerdo del caso de un adolescente que tenía fobia al
autobús y tenía que cogerlo. Le traté con flores y el resultado fue
inmediato. Yo mismo me lo he aplicado porque tenía pánico a hablar en
público y hacer una exposición», recuerda la supervisora, que insiste en
que no se trata de eliminar la terapia farmacológica, pero en ocasiones
debe valorarse el uso que se está realizando determinados fármacos.
Como ejemplo pone otro caso que conoció. Una paciente que
tras el fallecimiento de un familiar le recetaron tranquimazín y diez
años después continuaba con el mismo tratamiento.
«Los resultados en la evolución del problema harán ver a
la persona tratada la necesidad de ir disminuyendo la toma de
medicamentos que antes ocultaban síntomas que ahora ya no siente»,
comenta Manuel Montes, representante también de la asociación, quien
señala que estos remedios se pueden preparar de forma sencilla. Ahora
bien, la dificultad está en que para «elaborarlo con la mayor
aproximación es preciso conocerse a sí mimos, algo difícil debido a lo
subjetivo de la apreciación de cómo somos realmente, cómo nos vemos a
nosotros mismos y cómo nos ven los demás».
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