El ajo y sus propiedades.

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  El ajo es una especie herbácea de 25 a 70 cm de altura. El tallo es erecto o curvado y está cubierto de hojas en el medio. Las hojas son planas, rectas y anchas. Los bulbos están formados por unos 10-12 bulbillos o “dientes” de ajo, de forma ovoide y algo arqueados, rodeados por una túnica membranosa. Los tallos, terminan en una umbela de flores blancas o rojizas. Cuando los bulbos están intactos su olor es muy poco marcado pero al cortarlos desarrollan inmediatamente un olor intenso, característico.

Originario de las estepas de Asia central, el ajo era ya considerado por los primeros egipcios como un alimento fundamental en su alimentación. Desde entonces, la medicina moderna ha demostrado científicamente sus virtudes como vermífugo, antiséptico e hipotensor. Su acción terapéutica está ligada a la presencia de la aliína. El ajo presenta una actividad hipocolesterolemiante: desciende el nivel de colesterol de los triglicéridos sanguíneos. Previene la arteriosclerosis, aumentando el nivel de HDL (colesterol bueno). El ajo tiene además, un importante efecto desinfectante sobre el intestino. En la actualidad, el ajo se utiliza principalmente por su efecto hipotensor. La utilización del polvo total de ajo en cápsulas presenta una doble ventaja: prevenir el mal aliento producido por su consumo y potenciar su acción al evitar la degradación de la aliína por los jugos digestivos.

PRINCIPIOS ACTIVOS: Fructosanas (75%), aceite esencial (garlicina, aliína o sulfóxido de alilcisteína que hidrolizada por la aliinasa produce alicina, responsable del característico olor del ajo, que rápidamente se transforma en disulfuro de alilo), pequeñas cantidades de vitaminas (A, B1, B2, B6, C), adenosina y sales minerales (hierro, sílice, azufre, yodo).

Clasificación terapéutica:  Plantas medicinales hipolipemiantes y antiateromatosas.
  • Hipolipemiante. Aunque hay muchos resultados contradictorios, parece ser que el ajo presenta un efecto positivo sobre la hipercolesterolemia, disminuyendo los niveles de colesterol total y c-LDL. Sin embargo no afecta a los niveles séricos de triglicéridos ni de c-HDL.
    Se realizó un ensayo clínico de 12 semanas, aleatorizado, controlado por placebo y doble ciego. Se seleccionaron 42 pacientes (19 hombres y 23 mujeres) de 40 a 64 años con unos niveles de colesterol iguales o superiores a 220 mg/dl. Se administró a cada paciente 900 mg diarios de ajo o de placebo. Se comprobó una reducción del colesterol sérico total de 262 a 247 mg/dl para el ajo y de 276 a 274 mg/dl para el placebo. El c-LDL disminuía un 11% en el grupo del ajo frente a un 3% en el grupo placebo.
  • Vasodilatador periférico. El efecto vasodilatador se produce por una reducción de los niveles plasmáticos de agentes vasopresores, como prostaglandinas y angiotensina II, y por una activación de una óxido nítrico sintasa calcio-dependiente, produciéndose óxido nítrico.
  • Antihipertensivo. Los efectos antihipertensivos del ajo son debidos al efecto vasodilatador. Además, en cultivos de células endoteliales se ha comprobado que un extracto acuoso de ajo fresco inhibe de manera eficaz la actividad de la adenosina desaminasa (ADA). Esta inhibición de la ADA endotelial parece contribuir a la actividad antihipertensiva y a los efectos vasoprotectores del ajo.
    En un ensayo clínico aleatorizado, doble ciego y controlado por placebo se comprobó el efecto antihipertensor del ajo. Se seleccionaron 47 pacientes no hospitalizados con una presión diastólica de 95 a 104 mmHg. Se les administró 100 mg de ajo o placebo durante 12 semanas. En el grupo del ajo se observó una disminución de la presión arterial de 102 a 91 mmHg tras 8 semanas y a 89 mmHg tras 12 semanas, mientras que en el grupo placebo no se producían diferencias.
  • Antiagregante plaquetario. Se han comprobado también propiedades inhibitorias de la agregación plaquetaria in vitro que algunos autores atribuyen a los ajoenos. Esta actividad es debida a la inhibición de la síntesis de tromboxano y al efecto inhibidor sobre receptores plaquetarios de ADP, colágeno y fibrinógeno. En un ensayo aleatorizado, doble ciego, controlado por placebo sobre 34 individuos sanos a los que se administraba una dosis de 2.4 a 7.2 g de ajo/día durante 2 semanas, se comprobó que el ajo ejercía una inhibición selectiva de la agregación plaquetaria inducida por colágeno y fibrinógeno, pero sólo a altas dosis.
  • PROPIEDADES:
  • El ajo puede ser el remedio vegetal con más propiedades demostradas experimentalmente. Las fructosanas son diuréticas. El aceite esencial es amebicida, antiagregante plaquetario, antibiótico, antifúngico, antihipertensivo, antiviral, bactericida, depurativo, desintoxicante, estimulante de las defensas (aumenta la actividad de linfocitos y macrófagos), hipoglucemiante, hipolipemiante (inhibe la síntesis de colesterol y triglicéridos), hipoviscosizante (reduce la
    viscosidad plasmática), normalizador del funcionamiento digestivo, regulador de la flora
    intestinal, tonificante general del organismo, vasodilatador periférico y vermífugo
    (antihelmíntico).
Indicado en afecciones genitourinarias (cistitis, pielonefritis, ureteritis, uretritis, urolitiasis) y respiratorias (asma, bronquitis, enfisema, faringitis, gripe, resfriados, sinusitis), arteriopatía, arteriosclerosis, claudicación intermitente, hiperlipidemia, hipertensión arterial, hiperuricemia, parasitosis intestinales, retinopatía, coadyuvante en el tratamiento de la diabetes, prevención de disenterías amebianas y tromboembolismos. Externamente en dermatomicosis, infecciones cutáneas y por hongos en uñas y piel, hiperqueratosis, parodontopatía.

Contraindicado en hemorragias, hipertiroidismo, pre y postoperatorio, trombocitopenia
y en tratamiento con anticoagulantes o hemostáticos.
El consumo de ajos en grandes cantidades puede producir irritación intestinal.

MODO DE EMPLEO:
Ajo crudo, polvo en cápsula, tintura, extracto fluido, extracto seco y aceite en perla.

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