Como hacer aceites para masajes

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Introducción
Los aceites esenciales son extractos de sustancias químicas que pueden hallarse en flores, árboles, hierbas, semillas y similares. No se debe confundir con las esencias florales (Flores de Bach) que no tienen olor y cuyo método de extracción es diferente. Los aceites esenciales forman parte de un gran elenco correspondiente a la aromaterapia.


Historia
Por ello, la utilización de la aromaterapia se remonta a la Edad de Piedra, época en que el gran descubrimiento del fuego supuso un importante avance en la Historia de la Humanidad. Desde altares y dólmenes, ofrecían a los dioses los aromas de maderas quemadas a través del humo “per fumum”. De ahí la palabra que conocemos actualmente como “perfume”.

Las escrituras más antiguas de los sumerios que se conservan desde hace más de cinco mil años, ya mencionan el uso de perfumes, ungüentos y aceites, siempre estrechamente vinculados a ritos y ceremonias. Podría decirse que los sacerdotes egipcios fueron los primeros artesanos en emplear los perfumes, producidos con polvo fino que quemaban en honor a sus dioses. Llevaban a cabo la utilización de aceites durante el proceso de momificación, para embalsamar los cuerpos de los faraones tras la muerte. En Oriente, los persas producían ungüento remojando flores en aceite y exprimiéndolas posteriormente una vez impregnado el aceite de la esencia. Los griegos y judíos los aplicaban, además para servir como base para elaborar productos cosméticos (utilización muy profusa en el arte de la seducción) y para tratar enfermedades. La influencia de los árabes transmitió a España una gran atracción por las flores, los frutos y los jardines, experimentando la perfumería española un notable desarrollo. Por mediación de España en plena expansión del cristianismo y de las cruzadas se introdujeron los perfumes en Europa, hasta nuestros días.


Los aceites en el masaje
Cabe señalar que la piel es un tejido poroso, que necesita eliminar toxinas y oxigenarse continuamente, por lo que hay que escoger cuidadosamente productos que no obstruyan los poros (como es el caso de algunas cremas, y más si se aplica una cantidad excesiva). Los aceites minerales no obstruyen los poros, precisamente porque no poseen un alto grado de penetración a través de la piel. Lo más idóneo es emplear por ello, los aceites esenciales. Siempre tendremos en cuenta si el paciente es alérgico a algo o no, y si lo es, a qué tipo de vegetal. Por ello, lógicamente no aplicaremos esencias a las que el paciente sea alérgico o no tolere.

Entre las funciones de los aceites durante el masaje podemos destacar que:

1. Facilita el deslizamiento de las manos del terapeuta sobre la piel del paciente.
2. Provoca efectos beneficiosos tras ser absorbido por la piel.
3. Regula y mantiene la temperatura. A través de las manos se transmite calor, que a su vez provoca una mayor afluencia de sangre hacia la zona.
4. Desprende un aroma terapéutico muy agradable.


Esencias más empleadas comúnmente
Las más utilizadas son las siguientes:

- Albahaca: antiviral, antiséptico, antiespasmódico y antibacteriano.

- Bergamota: refrescante, ansiolítico, actúa contra la fatiga y alteraciones bronco – pulmonares.

- Ciprés: antiespasmódico, antirreumático y astringente.

- Canela: fuerte antiséptico, en exceso puede irritar la piel.

- Eucalipto: antiséptico muy útil en alteraciones bronquiales. Se manejará con precaución y no utilizará en personas alérgicas al mismo, pues se podría producir una reacción asmática.

- Geranio: tónico, astringente, estimulante, analgésico, diurético y antidepresivo.

- Hinojo: aplicable en trastornos digestivos y glandulares.

- Lavanda (espliego): sedante del sistema nervioso, analgésico, diurético, cicatrizante y antiséptico.

- Naranja: antiespasmódico, reduce la taquicardia, la diarrea y el insomnio.

- Limón: antirreumático, alivia los estados de ansiedad.

- Manzanilla: hipotensor, analgésico, sedante, tónico, antidepresivo, antialérgico, diurético y cicatrizante.

- Romero: estimulante del sistema circulatorio, sudorífico, cicatrizante, antirreumático y antiespasmódico.

- Rosa: antibiótico, antitusígeno, antiinflamatorio, actúa contra enfermedades oculares.

- Rosa Mosqueta: potente cicatrizante, ralentiza el envejecimiento, redistribuye la pigmentación eliminando las manchas en la piel.

- Salvia clara: antiinflamatorio, empleado comúnmente en la menstruación. No utilizar en caso de embarazo, ni mezclar con alcohol.

- Jazmín: estimulante, analgésico, antiinflamatorio, antiséptico, afrodisíaco, bactericida.


Extracción de esencias o aceites esenciales
Entre los diferentes métodos de extración podemos destacar los siguientes:
a) Destilación en corriente de vapor.
b) Expresión manual (o a máquina). El limón o la naranja se extraen a través de este método.
c) Extracción con disolventes volátiles.
d) "Enfleurage", donde se emplea la grasa como disolvente.
e) Maceración.
Para serles sincera, de los métodos expuestos la expresión manual y la maceración me parece bastante accesible y sencillo de llevar a cabo en casa, por ello desarrollaré más ampliamente este último. La maceración consiste en dejar "a remojar" en aceite el tipo de vegetal del que deseemos extraer la esencia. Se puede realizar, en frío, en caliente y por cocción en agua. En caliente (método que empleo), se sumerge el vegetal (semilla, hoja, flor...) y se calienta sin que llegue a hervir. Una vez caliente, lo removeremos suavemente. Posteriormente lo colaremos y dejaremos que se enfríe. Con esto obtenemos la esencia para preparar el aceite para masajes.

Elaboración de aceite para masajes
Como tratamiento, en el mercado disponemos de una amplia gama de aceites, aunque lo ideal es que el mismo terapeuta sea quien los prepare en función de las características del paciente; ya que cada aceite posee unas características concretas que puede resultar beneficioso (acción estimulante o sedante) según el tipo de alteración.

En cuanto a la preparación de aceites para masaje, no deben estar muy concentrados, es más, conviene diluirlos bastante para no provocar reacciones adversas al entrar en contacto con la piel. De entrada, es preferible recurrir al aceite de girasol, maíz o soja como base, que son más ligeros; frente a los de jojoba, sésamo u oliva, que son más densos. Es muy conveniente elaborar aceites valorando las propiedades y características de cada esencia y mezclar sustancias que produzcan efectos comunes, es decir, se obtendría aceites que provoquen acción analgésica, antibiótica...etc. Asimismo, al mezclar las esencias se produce una reacción química, pudiéndose llegar a potenciar sus beneficios. Otro criterio que debemos seguir es evitar mezclas con olores desagradables. Las mezclas de esencias procedentes de una misma familia armonizan muy bien, como es el caso de los cítricos.


Componentes en caso de emplear una sola esencia:

1. 97% de aceite neutro (aceite de girasol, maíz o soja) de la solución total resultante.
2. Hasta un 3% de esencia o aceite esencial de la solución total resultante.
3. 5% aceite de germen de maíz, como conservante de la solución total resultante.


Componentes en caso de emplear más de una esencia:

1. 94% de aceite neutro (aceite de girasol, maíz o soja) de la solución total resultante.
2. Hasta un 6% de esencia o aceite esencial (por ejemplo entre tres esencias diferentes, deben constituir el 6% entre las tres, no el 6% cada una) de la solución total resultante.
3. 5% aceite de germen de maíz, como conservante, de la solución total resultante.


LA SOLUCIÓN QUE OBTENGAMOS SE GUARDARÁ EN UNA BOTELLA DE VIDRIO DE COLOR, CONSERVÁNDOSE EN UN LUGAR FRESCO Y SECO.

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