Una situación que me resultó sorprendente durante mi experiencia de trabajo en la Asociación de Espina Bífida de la provincia de Alicante, ya hace unos años, fué la alta tasa poblacional que había de afectados por la enfermedad en la ciudad de Elche, mucho más que Alicante o cualquier otra ciudad de la provincia. Acudí uno por uno a los diversos hogares afectados, recogiendo las historias clínicas de las personas así como el genograma y la profesión de los padres en caso de niños pequeños. Habitualmente la E.B es una enfermedad que asocia al déficit de ácido fólico que dificulta el cierre del tubo neural del feto durante el primer mes de embarazo, pero esto no explicaba como la población de E. Bífida se salía de la campana de Gauss habitual. Curiosamente todos lso papas y/o mamas de los bebes afectados trabajaban en casa o en fábricas en el calzado (Elche era famosa por este tema) o incluso en campos donde se utilizaban pesticidas varios.
Aunque no relacionado con la espina bífida, un estudio reciente orienta la posible correlación entre ciertos agentes externos y la alteración neurotóxica que podría producirse en los fetos humanos. En este caso un estudio publicado en Environmental Health Perspectives y llevado a cabo por investigadores de la Universidad de California recoge que ciertos plaguicidas genera daños irreparables en los bebes, pudiendo ser un factor para la aparición del autismo.
Según dicho estudio, las mujeres embarazadas que viven cerca de campos y granjas donde se usan estos químicos plaguicidas tendrían un riesgo de hasta un 66% de dar a luz a un neonato con un trastorno del espectro autista o con otros tipos de retrasos del desarrollo (ya sea físico o mental).
El estudio abarcó un grupo de 1000 mujeres que habían sido expuestas a productos organofosforados, piretroides, carbamatosy la aparición de autismo en sus hijos. Algunos de estos productos contienen hasta 21 moléculas responsables como son clorpirifos, acefato y diazinón.
Según Shelton “Este estudio valida los resultados de otro anterior que obtuvo una
asociación entre tener un hijo con autismo y la exposición prenatal a
sustancias químicas agrícolas en California. Aunque todavía tenemos que
investigar si ciertos subgrupos de mujeres son más vulnerables a la
exposición a estos compuestos que a otros, el mensaje es muy claro: las
embarazadas deben tener especial cuidado para evitar el contacto con
productos químicos agrícolas siempre que sea posible”
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