Agradecer desde nuestro weblog el interés demostrado por el profesor Semplici al trasladar sus reflexiones simultáneamente en respuesta al artículo publicado por Diario Médico y colgado por nosotros en nuestro espacio. Con permiso del profesor procedo a detallar el mail privado enviado.
Stefano Semplici, Presidente del CIB.
He leído su artículo sobre los resultados de la reunión del Comité Internacional de Bioética (CIB) de la UNESCO. Le agradezco por el interés que ha dedicado a la reflexión sobre el tema crucial de la medicina tradicional. No obstante, requiere asimismo de una aclaración. Lo que el Comité está viendo es en realidad la posibilidad de superar la idea del conflicto perenne entre el derecho a la "diversidad cultural y al pluralismo" y el derecho al "más alto nivel viable de salud", citando las palabras de la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos humanos de 2005. Sin embargo, esta tarea no debe ser realizada simplemente "reconociendo" las prácticas tradicionales como tales, independientemente de la seguridad, eficacia y calidad que éstas puedan tener. Este es el punto crucial a subrayar, si se pretende llegar a una interpretación correcta del documento de trabajo que se ha discutido. El derecho a elegir implica también el derecho de tener acceso a una ate
nción médica de calidad y a los tratamientos adecuados, independientemente de su origen o de donde se desarrollaron. El caso puede ser que prácticas "no" tradicionales puedan ser medios más eficaces para garantizar los más altos estándares de salud. En tal situación, se trata de la obligación de disponer estas prácticas en la elección libre e informada de la gente, protegiendo al mismo tiempo a los pacientes de los riesgos de tratamientos improductivos o incluso peligrosos. Lo que no es una forma de imponer otros valores y estilos de vida, sino sólo dar a todos la oportunidad concreta de vivir en "libertad y seguridad", según el artículo 3 de la Declaración Universal de 1948, el cual está significativamente centrado en el derecho a la vida. Cuando un conflicto entre el principio de respeto a la diversidad cultural y el derecho al más alto nivel posible de salud surge, el equilibrio es inevitable y la obligación de proteger la vida humana debe anteponerse. S�
�lo la mejor práctica de la medicina puede ser aceptada como una norma. Esto es lo que los gobiernos y todos los otros actores involucrados están llamados a hacer: a establecer y a mejorar una plataforma común de evaluación, de modo que los niveles más altos de salud puedan alcanzarse para todos los seres humanos.
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