Aunque mi mente consciente tiene toda la información técnica y necesaria recogida en mis años de formación, observo que no pierdo la capacidad de sorprenderme con mis experiencias diarias.
Me sorprendo cuando un paciente nota una energía recorrerle el cuerpo cuando le coloco las agujas de acupuntura, me sorprendo cuando desaparece un dolor de cabeza localizando un punto de auriculoterapia, me sorprendo cuando las personas se recuperan de problemas físicos de años de evolución desahuciados por la medicina convencional, de la experiencia diaria mía y de mis compañeros con el manejo de las energías, cuando el paciente percibe el toque de un color en una úlcera, y el sonido de un Cuenco Tibetano vibrar y recorrer su cuerpo... en fin, me sorprendo sobre todo de mi incapacidad de no poder dejar de sorprenderme. Un abrazo a todos.
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